lunes, 17 de octubre de 2016

Las cárceles de lujo catalanas

Perdonad mi ignorancia o mi base de creencias errónea. Perdonad porque quizás, vivo en otro mundo diferente a aquellos que me tacharían de un pensamiento “desfasado”, “poco moderno” o desconfiado de esa convicción del modelo de integración y rehabilitación que ofrecen las cárceles. Perdonad también por mi desconocimiento en profundidad del sistema penitenciario en Cataluña. Y sobretodo, por tener una firme e impenetrable creencia: Quien la hace la paga.

El verano pasado pude leer con estupor una noticia: “Las cárceles catalanas reabren sus piscinas”. ¿Perdona? Después de leer de nuevo el titular, por aquello de sonarte a error de lectura, pude comprobar que mi comprensión lectora estaba perfecta.

Las cárceles, cerraron acertadamente sus piscinas hace cuatro años por los recortes. Y este año, dado que la crisis pese a vislumbrarse todavía en el horizonte, parece que la vamos perdiendo de vista... ¿Qué mejor manera de emplear el dinero del contribuyente que abriendo las piscinas para los presos? ¿Qué los funcionarios siguen con salarios recortados? ¿Qué los hospitales tienen falta de personal? ¿Qué las farmacias no cobran? Minucias. Los presos a remojo. Lo primero es lo primero.

Interesándome más por el tema, pude comprobar que los reclusos no solo disfrutan de los baños, no.

viernes, 7 de octubre de 2016

El Gili-Bicing

Que chulo es ir en bici. Que 'cool' queda pasear con la 'fixie' por la ciudad. La 'fixie', para todos aquellos que os suena a nombre de gato, es la bicicleta de los hipsters. Lo siento, si hipster ya no sabes lo que es, o eres un nivel clasico-carca más avanzado que yo, o vives en una cueva incomunicado y ajeno al mundo exterior, por tanto, no puedo ayudarte. Para el resto de mortales... la 'fixie' es esa bicicleta de una marcha y de piñón fijo que vemos por la ciudad, pintada de colores y con unas llantas de perfil ancho, que solo las ruedas valen más que mi bicicleta.

Como iba diciendo... que sensación de libertad da ir en bici ¿verdad? Te sientes un ciudadano responsable. Un pseudo Che Guevara defensor de los servicios públicos de calidad. Una persona concienciada con el medio ambiente. Aparcas en la puerta de los sitios (a riesgo de que cuando vuelvas a por ella solo quede la cadena) y puesto que predicas con el ejemplo, aunque solo sea en eso, te crees con el derecho de poder dar lecciones de moral, medio ambiente, sostenibilidad, economía y casi de física cuántica al prójimo.