domingo, 20 de noviembre de 2016

El día que me fui a la cama con unas "bambas"

Sí sí, como lo oyes. No en el sentido sentimental o amoroso de la expresión, así que lo siento si te defraudo. Pero oye, para gustos colores, no te voy a juzgar, ciertamente hay zapatos muy bonitos, puedo llegar a entenderte.

Va, ahora enserio.

He jugado a baloncesto toda mi infancia, pre adolescencia y adolescencia. De los 6 años a los 18. No he sido un gran jugador, no te voy a engañar. Pese a cosechar algún que otro título en ligas menores y el orgullo de decir que era el pívot más bajito de la liga con 1 metro 82cm, pocos más han sido mis logros.

Sabrás que en todo deporte, las grande marcas siempre se encargan de bañar con su marketing las cabezas de todos los que lo practican o lo siguen. Y ni yo iba a ser menos, ni ninguno de mis compañeros de juego. Estaba enamorado de todas las zapatillas deportivas que calzaban mis ídolos deportivos. Podía decirte marca, modelo y año. Incluso de cuantos colores existía cada modelo y si había una edición limitada. ¿Y por qué? Porque no podía tener unas.

Paridad, paridas y tetas al aire

En mi intento de predicar con el ejemplo de hacer tal como me gusta que hagan y tal como dijo Joseph Joubert: “Tengo muy reducida esa parte de la cabeza destinada a recibir cosas que no están claras”... Voy a ser muy claro.

Estoy absolutamente de acuerdo con la paridad. Entendamos paridad como la igualdad entre hombre y mujer y que ninguno tenga una situación ventajosa respecto al otro por el mero hecho de tener uno u otro sexo. NINGUNO DE LOS DOS.
Estoy completamente en contra del machismo retrogrado que lamentablemente mancha ciertas cabezas huecas de nuestros compatriotas, aunque debo decir, que cada vez son los menos.
Me alegra que, pese a las carencias que todos sabemos y vemos, en el ámbito laboral y político la igualdad entre ambos sexos se vaya transformando en una realidad. Lenta, sí, pero en realidad.

Dicho esto... Creo que hemos llegado a un punto que nos pasamos. Igual que no me gusta el machismo, tampoco me gusta el feminismo mal enfocado o que se pasa tres pueblos en su intento de romper con lo establecido.