lunes, 25 de enero de 2016

¿Qué ha pasado?

¿Qué ha pasado?

Todos aquellos que han visto como se ponía fin a su relación, lo piensan en algún momento. ¿Qué nos ha pasado? sería la pregunta correcta.

¿Qué ha pasado? Como si hecharle la culpa a algo externo fuera más fácil de entender. Como si hubiera algo, alguien, o un cúmulo de ambos, que ha provocado el desvanecimiento de los sueños, que un día, se prometieron cumplir.

¿Qué ha pasado? No. ¿Qué nos ha pasado? Hablemos con propiedad. Ese incontrolable "don" de buscar excusas y esa cobardía de no afrontar los errores. Si. Me he equivocado. En esto y aquello, por esta razón o por aquella otra. 

Resulta digno de mención la vertiginosa velocidad que llega a tomar el fundido, el apagado, la desaparición de sentimientos entre dos personas que se juraron amor eterno. ¿Qué ha pasado?

lunes, 18 de enero de 2016

Te acompaño en el sentimiento

Te acompaño en el sentimiento. Nunca me he sentido alguien mentiroso, es más, tiendo a decir la verdad compulsivamente y condeno toda forma de mentira, incluso la omisión de la verdad.
Pero me he sentido el más grande de los mentirosos diciendo eso. Te acompaño en el sentimiento. No, no era verdad. Y no porque no sintiera la perdida de ese familiar a quien se lo decía. O no porque me diera igual que a ese amigo, al que había dejado su mujer de toda la vida, estuviera desolado.

El tema es que no podía ponerme en su lugar. La falta de empatía suele brillar por su ausencia en mi carácter. Pero cuando ves a alguien que aprecias o incluso quieres, (en cualquiera de las variantes que tiene ese verbo) pasándolo mal sentimentalmente... no te gusta. Quieres hacer algo para que esté mejor. Y lo gracioso del asunto es que, dada la imposibilidad e impotencia que se siente en ese momento: mentimos.

jueves, 14 de enero de 2016

Hola

Hola. La verdad es que no tenía muy claro como se presenta uno en un sitio como éste. Pero un “hola” me parece sin duda, pese a su falta de originalidad, la forma más idónea. Llámame clásico, seguramente tienes toda la razón.

No pretendo que esto, dile blog, dile mi espacio o dile el tuyo, sea una obligación. Creo que desde el momento en el que te “obligas” a escribir, hay algo que está fallando. Y si, lo podemos extrapolar a todo lo demás. Cuando te obligas a ir a trabajar es que no disfrutas con tu trabajo. Cuando te obligas a ir con tu hijo al parque, cuando te obligas a visitar a tus padres o abuelos, etc. Sabes de que estoy hablando. Así que no. Esto no va a ser una obligación.

No voy a escribir con una periodicidad previsible, quizás escribo una vez al día, quizás una a la semana o dos al mes. Pero algo si puedo decir: cuando escriba lo haré con ganas y como ya he dicho, queriendo hacerlo.

Debo decir que este sitio va a ser testigo de diferentes tipos de escritos. Bueno, perdona, este sitio y tú, que te tomas tu tiempo en leerme.