martes, 8 de marzo de 2016

Un privilegiado

Esta es la carta (real, que no os quepa duda), que escribió un policía de los mossos d'esquadra al resto de sus compañeros.
La escribió como despedida al dejar su comisaria y cambiar de destino. Ahí va:


Soy un privilegiado.


He estado en medio de disturbios rodeado de extranjeros borrachos.

He notado el odio y el desprecio desmesurado.

Me han tirado botellas desde los balcones de los hoteles y me han insultado en varios idiomas.

He sentido nervios al esperar el regreso, dentro de su casa, a un maltratador que acababa de pegar una paliza a su mujer.

Me han tocado la cara y me he dado cuenta de que el uniforme no te hace inmune a nada.

He tocado a gente con más enfermedades que años.

He aguantado insultos, faltas de respeto y gritos.

Me he perdido innumerables cumpleaños, días señalados y fiestas.

He conducido en contra dirección fuera de servicio para parar a un conductor kamikaze.

He estado en incendios y fugas de gas.

He visto muertos de varios tipos.

Me he ido a trabajar cuando otros se iban a dormir, cuando se iban de fiesta y cuando volvían a casa de madrugada.

He conciliado peleas haciendo que las dos partes fueran contra mi al verme.

He sentido el cosquilleo en el estómago cuando alguien en medio del follón ha sacado un cuchillo.

He sentido el miedo y la rabia por no estar ahí, al escuchar por emisora a un compañero pedir ayuda.

He sentido la tensión al desenfundar el arma.



Pero también, he conocido a mi otra familia. He celebrado navidades, cumpleaños y fiestas que nunca olvidaría aunque quisiera. He notado la paciencia de quien enseña a un novato. He sabido lo que es ponerme con orgullo un uniforme cada día. He ayudado a gente de todo tipo y clase social. He sabido lo que es el compañerismo. He hecho de psicólogo con el compañero y él conmigo. He sabido lo que es desear que acaben las vacaciones para volver al trabajo. He aprendido que todo puede cambiar en un segundo. Nunca se me olvidará que: “lo más importante, es que a la hora de plegar todos salgamos por esa puerta y vayamos con nuestras familias”. He aprendido que de todos se puede aprender algo, independientemente de los años de servicio que lleven. He aprendido a respetar, querer y admirar a cada uno de los compañeros que comparten escamot conmigo. 
Es por eso y cientos de cosas más que puedo decir convencido y orgulloso que: soy un privilegiado.

 Gracias.

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