Perdonad mi ignorancia o mi base de
creencias errónea. Perdonad porque quizás, vivo en otro mundo
diferente a aquellos que me tacharían de un pensamiento “desfasado”,
“poco moderno” o desconfiado de esa convicción del modelo de
integración y rehabilitación que ofrecen las cárceles. Perdonad
también por mi desconocimiento en profundidad del sistema
penitenciario en Cataluña. Y sobretodo, por tener una firme e
impenetrable creencia: Quien la hace la paga.
El verano pasado pude leer con estupor
una noticia: “Las cárceles catalanas reabren sus piscinas”.
¿Perdona? Después de leer de nuevo el titular, por aquello de
sonarte a error de lectura, pude comprobar que mi comprensión
lectora estaba perfecta.
Las cárceles, cerraron acertadamente
sus piscinas hace cuatro años por los recortes. Y este año, dado
que la crisis pese a vislumbrarse todavía en el horizonte, parece
que la vamos perdiendo de vista... ¿Qué mejor manera de emplear el
dinero del contribuyente que abriendo las piscinas para los presos?
¿Qué los funcionarios siguen con salarios recortados? ¿Qué los
hospitales tienen falta de personal? ¿Qué las farmacias no cobran?
Minucias. Los presos a remojo. Lo primero es lo primero.
Interesándome más por el tema, pude
comprobar que los reclusos no solo disfrutan de los baños, no.
Realizan actividades tales como aquagym y clases de natación. La medida ha sido tachada de éxito entre los responsables de los centros y como no, entre los reos, que como decía uno de los entrevistados: “es una gran medida, porque liberas tensión y te hace olvidar que estás en la cárcel”. Curioso. Cuanto menos curioso.
Realizan actividades tales como aquagym y clases de natación. La medida ha sido tachada de éxito entre los responsables de los centros y como no, entre los reos, que como decía uno de los entrevistados: “es una gran medida, porque liberas tensión y te hace olvidar que estás en la cárcel”. Curioso. Cuanto menos curioso.
Pero no me quedo aquí. Los presos de
las cárceles catalanas, a parte de unos largos en la piscina, pueden
disfrutar de: gimnasios completamente equipados, salas de relax con
ordenadores conectados a internet, Play Station, Canal +... Perdona
un inciso. Entiendo lo de la televisión, claro. ¿Pero Canal+? Y por
cierto, el último intento de motín en Cuatre Camins ¿adivinas por
qué fue? ¿Por unas mejoras sanitarias? ¿Por más tiempo en los vis
a vis? No amigo lector, no. Por el intento de quitar el Canal+ de la
cárcel. Si. Esa misma cara se me quedó a mi.
¿Qué cenaste en navidad el año
pasado? No, no he cambiado de tema ni te ha saltado la página de tu
navegador a otro articulo. Te lo pregunto enserio. ¿Quieres ver un
menú navideño de una de las cárceles de Cataluña?
¿Cómo te has quedado? Sí, 2011, en
plena crisis. Para los incrédulos y los que aleguen que hace mucho
tiempo de eso... el año pasado en la cárcel de Ponent, en Lleida,
el primer plato fue sopa de galets, plato típico, seguido de pollo
al horno con ciruelas y piñones. Esto fue así debido a quejas
externas, ya que el año pasado cada reo comió de segundo plato un
entrecot con guarnición. Que le pasen el menú a todo ciudadano que
va a un comedor social en esas fechas, a ver que opina.
Está bien que los presos estudien.
Aunque a todo hijo de vecino, sacar-se los niveles de inglés les
cueste dinero y a ellos no.
Está bien que tengan dentista. Aunque
los abuelos con pensiones irrisorias tengan serios problemas a la
hora de pagarlo.
Está bien que si realizan trabajo lo
cobren. Aunque su estancia, comida y actividades varias sean gratis.
Está bien que el modelo que se intenta
ejercer sea el de la reinserción. Aunque queda demostrado en
incontables ocasiones que fracasa estrepitosamente.
Lo que no logro entender por mucho que
me esfuerce, es por un lado, esa corriente en la que su mayor interés
es que el preso olvide que está en una cárcel. Que está cumpliendo
condena. Que ha hecho algo malo. No amigo, eso no funciona así.
Quiero que te acuerdes todos los días. Que te arrepientas y pongas
los medios para que no vuelva a suceder y te integres en sociedad de
nuevo.
Y por otro lado, esa la gente que está
en contra de las cárceles. Así sin más. Sin ofrecer una
alternativa. Cada año recorre las calles de Barcelona una
manifestación con el lema “a terra els murs de les presons”
(abajo los muros de les cárceles), encabezada casi cada año por
miembros de la CUP. Curioso. ¿Qué hacemos con los que hayan
cometido un asesinato? ¿Con los pederastas? ¿Con los agresores
sexuales?
Podríamos preguntar a la señora María
Rovira, regidora de la CUP, que denunció una agresión sexual este
verano, que piensa ella que es lo más correcto hacer con su agresor.
Solo puedo finalizar estas
incongruencias de entes que se pasan de modernos y de anti-todo, con
una frase de Albert Einstein que dice: “Sólo hay dos cosas
infinitas; el universo y la estupidez humana. Y de la primera no
estoy seguro”.
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